Narro Robles creó confusión y temor al decir que primero se debe concluir el tema de la marihuana para después tratar lo de la amapola.
El uso medicinal de la amapola a diferencia de la marihuana, ya es legal. Se utiliza todos los días en todos los rincones del mundo.
No hay voluntad y lo que si hay, es un desconocimiento del tema. México debería acudir a solicitar la autorización a la ONU para poder ser un país legalmente autorizado para la siembra, cosecha e industrialización de la goma de opio. Son ya 18 países que cuentan con ese aval del órgano internacional para la fiscalización de estupefacientes, esos trabajos se vienen haciendo desde 1962 cuando se realizó la convención internacional para el control de estupefacientes.
El debate para legalizar el uso medicinal de la amapola es estéril y demuestra ignorancia, los derivados del opio ya los usamos con fines medicinales, lo que se debe de legalizar es su producción a industrialización en nuestro país. Actualmente somos el segundo país que más goma de opio produce en el mundo y en Guerrero somos el primer productor en México, y eso no va a cambiar si no se ataca el problema con políticas transversales que involucren a todas las dependencias gubernamentales.
El también presidente de la asociación civil Acapulco nos necesita, puntualizó que según informes militares son alrededor de 1200 de comunidades rurales en la sierra de Guerrero las que se dedican a la siembra de amapola, se puede generar hasta tres cosechas por año, donde cada hectárea puede producir 8 kilos de goma de opio que en el mercado negro rinde aproximadamente un kilo de heroína que cuesta millones de pesos, es por esas ganancias millonarias que el crimen organizado mantiene batallas sanguinarias por el control del trasiego.
De acuerdo a informes del CONEVAL, estas comunidades están
marginadas y en algunos casos en pobreza extrema, por ello no es una tarea fácil hacer que dejen esa práctica, pero el primer paso se tiene que dar, se debe de insistir en el tema y de esa forma tener otra opción para los campesinos de esas zonas.
Una industria farmacéutica bien constituida generar empleos formales con derecho a prestaciones y a seguridad social, Guerrero necesita de ese tipo de acciones, nuestras autoridades tienen la obligación y el compromiso social de tratar este tema con la seriedad que requiere. Sin falsos discurso ni demoras políticas.